viernes, 18 de enero de 2008

Acerca de un esclarecedor editorial de J. Rulli

En otro de tantos editoriales luminosos de Jorge Eduardo Rulli en su Programa Radial de LRA Radio Nacional, los domingos a las 11hs.nos dice:

EDITORIAL DE HOY EN HORIZONTE SUR RADIO NACIONAL AM
De: Jorge Eduardo Rulli (rtierra@infovia.com.ar)

Enviado:lunes, 14 de enero de 2008 03:58:31 a.m.


EDITORIAL DEL DOMINGO 13 DE ENERO DE 2008:

Mientras continuamos entreteniéndonos con los rehenes colombianos oespeculando sobre las lamparitas de bajo consumo y la importancia de tenerun verdadero y consensuado plan de ahorro energético, y mientras losconflictos originados por la suspensión de contratos por el nuevo gobiernode la ciudad ocupan gran parte de nuestra atención ciudadana, los modelos dela dependencia que hemos venido denunciando sin descanso a lo largo de losúltimos años, no cesan de instalarse, de ampliarse, de profundizarse… Uno sepregunta cada día qué hacer, cómo encarar con eficacia una acciónconcientizadora que esclarezca sobre las cuestiones trascendentes, cuandotodo parece absolutamente comprometido para atrapar nuestra atención en lasmeras circunstancias coyunturales… Algunos nos aconsejan que no vale la penael intento de pronunciar esas palabras grandes que conmuevan lasconciencias, nos dicen que un inicio de gestión, no es momento propicio parasuscitar preocupaciones y hacer análisis sutiles que develen los simulacrosde la política, primero, porque no seremos escuchados y segundo, porquesiempre es mejor esperar la hora del fracaso de los otros, para ofrecersecomo alternativa… Es muy argentino el consejo. Pero no responde a nuestroespíritu de sinceramiento y de honradez hacia la política. Hemos dicho milveces que se le debía ordenar a Repsol que en razón de la crisis energéticasuspendiera sus exportaciones de crudo, y ahora que por parte del Gobiernose le recuerda que debe priorizar el mercado interno, saludamos la medida,aunque tímida para nuestros sentimientos, en especial luego del ridículo depretender la argentinización de la empresa con otra que a la postre terminósiendo asimismo española y por lo demás, sin ninguna experiencia en laindustria petrolera. Recordemos una vez más, de qué estamos hablando: en 1996 se habilitaron parasu comercialización las primeras semillas de Soja transgénica de Monsanto ycomenzó entonces el proceso por el cual la Argentina llegaría a convertirseen uno de los principales países exportadores de forrajes. Estamos hablandode porotos de Soja y de sus subproductos industriales: harina, aceite,lecitina y las tortas de la prensada. Qué es una Soja transgénica? Es unasoja manipulada genéticamente, en este caso por la empresa Monsanto, que leañadió ADN extraños, es decir de otras plantas y también de bacterias, paraconvertirla en una soja resistente a un herbicida que en ese momento erapropiedad exclusiva de Monsanto, nos referimos al Glifosato, cuyo nombrecomercial es Roundup. Es por ello que la soja transgénica se denominaSojaRR, o sea soja resistente a Roundup… Agrego que el diccionario de la Webdice al respecto de estos organismos genéticamente modificados: Transgénico:Producto vegetal que ha sido manipulado genéticamente con el objeto demejorar su rendimiento productivo y, por lo tanto, la rentabilidad de suexplotación. Aún se desconocen los efectos que estas alteraciones genéticaspodrían provocar en otras especies, entre ellas la humana (1). ¿Qué pasó con los derechos precautorios, que nos asegura tanto laConstitución Nacional, cuanto los acuerdos internacionales firmados pornuestro país? Sencillamente, no pasó nada… Fueron olvidados… y a todo riesgopara la población y para nuestra descendencia, y a contrapelo de lo queopinaban en ese momento nuestros mercados compradores de Europa y muchoscientíficos que tenían prevenciones con estos experimentos biotecnológicos,algunos funcionarios de la Secretaría de Agricultura de la Nación y de laCancillería, decidieron que una semilla transgénica era similar a sucontraparte natural y que no se la debía discriminar en el mercado de losgranos. ¿Cómo hicieron entonces para que primero Europa y luego otrosmercados se vieran obligados a comprarnos los granos genéticamentemodificados que en principio les suscitaban aprehensión y resistencias?Pues, muy sencillo, se apoyaron en las reglas de la OMC, esa superestructurasinárquica que rige los destinos del mundo desde los intereses de los paísesricos y las grandes corporaciones, y que exige de los compradores lacontraprestación de la prueba, es decir que, y aunque esto parezca absurdo:el país comprador tiene la obligación de demostrar que tiene razonesvalederas para no comprar lo que no quiere comprar… y en caso contrario locompra aunque no le guste, o paga una multa, tal como todavía la UE estápagando cada año a los EE.UU. cerca de cincuenta millones de dólares, parano comprarle su leche proveniente de vacas a las que les aplicaron lahormona recombinante bovina, una hormona transgénica que hace que el animalproduzca más leche. ¿Para que estaba destinada esa Soja y sus derivados? En principio parapiensos, es decir: para forrajes, alimentos balanceados para animales. Noobstante, esos subproductos industriales de la Soja RR, fuertementerechazados por el consumidor europeo, fueron ocupando un espacio cada vezmayor en nuestros alimentos, engordándolos y rebajando la calidad de losmismos hasta límites insospechados. En un momento determinado el SENASAdebió recordar públicamente que los ligantes de soja permitidos en loschacinados no debían pasar del 12% de la masa con que se hacen, porque a lossalamines les quedaba de la carne, tan solo el gusto. Hamburguesas, pan,facturas, fideos, todo lleva su cuota de soja transgénica habilitada por laSecretaría de Agricultura como grano para forraje. ¿Cómo pudo ocurrir esto?Lo hemos dicho muchas veces: con la Soja llegó el Agronegocio. ElAgronegocio es un modelo que parte de considerar que la agricultura no esuna cuestión de arraigo o de patrimonios culturales, sino que es un negocioliso y llano, donde solo cuenta el capital invertido y la ganancia. Aún mástodavía, han manifestado públicamente que el éxito de esta nueva etapa esque cualquiera puede hacer agricultura, siempre que tenga el dinero y nisiquiera debe vivir en el campo. Esto es el inicio y el concepto básico delAgronegocio. Luego vienen las cadenas agroalimentarias y el supermercadismo.Ya no podemos comprar la carne en la carnicería, el pan en la panadería y laverdura en las verdulerías. Ahora todo se toma de la góndola y todos losalimentos pasan por un fuerte proceso de industrialización, son rehechos,saborizados, enriquecidos, fortalecidos, homogenizados, edulcorados, y sobretodo empaquetados… Ese período que alguna vez denominamos como de la Republiqueta Sojera duróunos diez años. Los cambios fueron evidentes y terribles, y expresaron laacomodación de la Argentina a las nuevas circunstancias del CapitalismoGlobal: por una parte, despoblamiento del campo, monocultivos, desempleorural, gravísima pérdida de Biodiversidad, deterioro de los ecosistemasagrícolas, contaminación de las cuencas hídricas, y por otra parte, en lasciudades: nuevos cinturones de pobreza, inseguridad, hambre, indigencia yruptura de las redes sociales. Con las retenciones a las exportaciones elEstado se hizo dependiente de la Soja: ya que cuanto más exportamos másdinero entraba a las arcas oficiales, en buena medida esos recursoscuantiosos se usaron para alimentar la pobreza que la misma Soja habíaproducido. La clase política de esa manera, no demoró en advertir lasventajas de esa situación de extrema dependencia que les permitía generarmecanismos que aseguraran su perpetuación en el Poder, y así nació elclientelismo de los comedores y de los bolsones de comida, y también laindignidad de que buena parte de la protesta y de la militancia de izquierdase subsidiara con el diezmo de los desempleados.. La ingesta de los argentinos comenzó entonces, a extraviar sus herenciasalimentarias, se modificaron nuestras comidas y nuestro modo de comer, yasociados a la ingesta surgieron nuevos problemas de salud, en especial laobesidad vinculada a la pobreza, los problemas cardiacos y sobre todo elcáncer como consecuencia de la contaminación por fumigaciones, que se hizotan común como antes lo era la gripe. Muchos de los programas alimentariosque llegaron a los sectores carenciados incorporaron la soja transgénicamasivamente gracias a la “generosidad” de las asociaciones de productores ylos problemas en los niños no demoraron en aparecer: formas femeninas envarones y madurez anticipada en las niñas, descalcificación y osteoporosisen adolescentes, desnutrición y debilidad dentaria, etc. La gravedad de lasituación fue tal, que el Poder Ejecutivo a lo largo del año 2002 debióreiterar el llamado a que no se diera más soja en los comedores a menores decinco años. No obstante, tanto el Rotary Club como Caritas insistieron enalimentar a la niñez argentina con soja transgénica y con la mal llamadaleche de soja, en algunas localidades, inclusive hasta el presente. Dijimos que esa etapa duró unos diez años. Qué es lo que ocurrió después? Esdecir, qué está ocurriendo ahora, a partir del 2005, cuando el anteriormodelo aparece instalado y consolidado, al menos en la zona núcleo, es deciren la parte más importante de las tierras agrícolas argentinas. La nuevaetapa implicaría la producción masiva de Agrocombustibles además deforrajes, y comprende la extensión de la frontera agropecuaria, es decir, laextensión de la línea de agriculturización al interior y a suelos cada vezmás frágiles. Ello conlleva la disputa violenta por la tierra con lospequeños productores, con los campesinos y pastores, así como ladesaparición de los bosques y el reemplazo masivo de otras producciones. Laapicultura desapareció o se exilió en los confines, en las islas o en laprecordillera. La ganadería se vió forzada a desarrollarse cada vez más encorrales de engorde, ahora desde la recría misma del ternero. La carnealimentada en encierro, con balanceados de maíz y de soja, con hormonas yantibióticos, no solo tiene otro gusto sino que acrecienta los problemas desalud del argentino medio. Los alimentos, además de perder calidad seencarecen debido a la suba del precio de la tierra, y la provisión dehortalizas y verduras a las concentraciones urbanas, queda prácticamentesujeta a la mano de obra semiesclava de los países limítrofes, en lasperiferias hortícolas. Actualmente, enormes plantas de producción de biocombustibles se levantan enlos puertos del litoral, y las asociaciones empresarias y también,lamentablemente, muchos de los funcionarios y técnicos del Estado, nosadelantan con expectativas, que la Argentina reúne todas las condicionespara convertirse en un referente de la producción de Biodieseles a nivelmundial y que cuadriplicará su actual producción en los próximos meses. Porlo demás, las corporaciones cuentan desde hace más de un año con lalegislación necesaria para hacerlo, me refiero a la Ley de Promoción de laproducción de Biocombustibles, que en su momento denominamos Ley Monsanto, yque los senadores votaron a mano alzada y por unanimidad, y esto implica larebaja sustancial de las retenciones a los aceites reelaborados. Tambiéncuentan con el respaldo total de un sistema educativo y académico que haconvertido las Universidades en instituciones prestadoras de servicio de lasCorporaciones, y la explosión en Río Cuarto y la muerte de profesores yestudiantes en el laboratorio de esa casa de estudios, es clara muestra deello: estaban tratando de descontaminar de solventes los residuos delBiodiesel para poder hacerlos útiles a la producción de balanceados para laalimentación animal. El modelo sufre de una extrema racionalidad y no puedemalgastar recursos. La agricultura industrial de producción de commodities,con una mínima mano de obra produce en los grandes molinos: harinas,lecitina, tortas prensadas y en especial aceites que, ahora se trata deconvertir en biodieseles. En el caso del maíz y de la caña, en cambio, sepuede producir etanol con las biomasas respectivas. En ambas situacionesquedan residuos, que serán cuantiosos según se calcula y que las empresas seproponen recuperar y hacer útiles en las nuevas producciones industriales decarnes que se planifican y extienden por el territorio, tales como losgrandes “hoteles” para engorde tanto de vacunos como de pollos, o como laempresa AVEX que, justamente goza en la zona de Río Cuarto de unalegislación hecha a su medida (2), y es capaz de faenar ciento veinte milpollos por día. Las plantas para alimentar motores con nuestra agricultura,los nuevos mega tambos de la agroindustria con cuatro mil vacas enordeñe(3), los nuevos inmensos criaderos de carne tercerizada (4), sonpensados y planificados en ámbitos académicos, en el INTA y en el CONICET,donde fluyen como ríos de dinero, los subsidios y las financiaciones paraestos estudios e investigaciones, que hacen a las necesidades del nuevomodelo Corporativo del Agrocombustible, modelo que no es sino la faseavanzada del antiguo modelo de los Agronegocios que se instalara en los añosnoventa, y que ahora, en esta nueva etapa, se propone la producción decombustibles y de carnes en forma industrial, y su expansión política ytecnológica al resto de América Latina. Estamos, entonces, en un momento de transición, en un momento de equilibriosinestables en la medida en que se están implantando políticas, procesos einversiones para un muy largo período y en los marcos de reordenamientosglobales en que la Argentina tiende a cumplir roles anticipatorios, y depaís mediador para llegar con estos modelos a otros pueblos hermanos. Sinembargo, esos equilibrios inestables que dibujan un tiempo de cambios,tienen el enorme respaldo de los sostenidos y crecientes precios de lascommodities en los mercados internacionales, y eso ayuda a proporcionar unaimagen de estabilidad y de firmeza que, en verdad, no existe. Como casi todolo que tiene que ver con la globalización, este modelo argentino tiene muchode frágil, de volátil, de efímero, de aleatorio y de simulacro. Demasiadascosas fundamentales que sostienen al modelo dependen de contingencias quenos son absolutamente ajenas y que escapan a la voluntad de los gerentes yde los funcionarios. Sin embargo, la permanencia y la profundización delmodelo biotecnológico y de producción de Agrocombustibles, no tiene a micriterio su mayor base de firmeza en los precios. Lamentablemente, esasostenibilidad social se la proporciona al modelo un paradigma ideológicoque se ha impuesto en gran parte del común y del que son prisioneras lamayoría de los dirigentes, y no me refiero tan solo a las dirigenciaspolíticas, que en esto son las últimas que deciden. Me refiero a ladirigencia científica, universitaria, docente, empresarial, periodística,barrial y hasta religiosa. Si como tantas veces hemos escuchado, vale tan sólo conversar y debatirsobre aquello que podemos cambiar, y se descuenta que quedan “zonas oscuras”en la agenda que no se sabe quién es el que les apagó la luz o que les bajóel pulgar, y en esa zona está nada menos que la discusión sobre la soja,sobre la minería, sobre el petróleo y sobre el rol del Estado… Entonces,¿sobre qué podemos debatir? Nos responden que existen muchas otras áreasdonde es posible avanzar con pensamientos renovadores, en especial serefieren al campo científico, al campo de la educación, a las relacionesexteriores, al MERCOSUR, al campo laboral y de la juventud, etc., etc.…No sedan cuenta que todo está cerrando armoniosamente y que el Ministro deCiencia y Tecnología no es sino la frutilla del postre. Tenemos tan solo que cambiar la mirada y el entarimado podría caerse. Todoes muy frágil, pero lamentablemente no está sostenido por los pretores quealguna vez conocimos ni por un ejercito extranjero, está sostenido pornuestra propia debilidad, en especial por la debilidad de aceptar que ladiscusión política tiene zonas acotadas que refieren a lo que “no es posiblecambiar”. Está sostenido por nuestra confianza en el crecimiento, unaconfianza tan grande y tan estúpida que no es capaz de revisarse cuando senos informa que el producto bruto por habitante en el año 74 era mucho menoral de estos años del siglo veintiuno y que, sin embargo, ahora somosmuchísimo más pobres y más infelices. Está sostenido por nuestra confianzaen el Progreso ilimitado, una confianza que se mantiene, pese a que resultaevidente que el cambio climático anticipa catástrofes ambientales cada vezmayores. Esta sostenido por nuestra elección de ir a la góndola cada vez quevamos a consumir, y también, porque vamos a la Universidad con el mismoespíritu de consumo, y nos decimos de izquierda pero compramos el discursode la ciencia empresarial e ignoramos otros discursos científicos yalternativos, y en especial ignoramos la ecología, y como no sabemos quéhacer con nuestros ideales, nos vamos como estudiantes universitarios, atrabajar con los campesinos o a los barrios pobres y les dejamos libre elespacio académico a los profesores y decanos orgánicos de las Corporacionesinternacionales, para que continúen llevando adelante investigaciones comolas que llevaban en la Universidad de Río Cuarto. Recordemos siempre que existe un solo individuo al que el modelo no soporta,y ese individuo es el que no consume, el que no va al supermercado, el queno opta entre la Pepsi y la Coca ni acepta las gaseosas light con elAspartamo de Monsanto, el que resguarda su derecho a cultivar parte de suspropios alimentos y en especial el que habla con palabras grandes y pese alvacío que le hacen los tímidos y los cobardes, continúa diciendo lo quepiensa. Seamos unos pocos muchos más cada semana y con seguridad prontocomprobaremos lo frágil que es este modelo…
(¡).urbe.arq.ucv.ve/ambiente/glosario.php (2)http://www.avex.com.ar/ (3)http://www.biodiesel.com.ar/?p=482 (4) http://www.feedlot.com.ar/hoteleria.html Jorge Eduardo Rulli/www.grr.org.ar